El origen del 'bikini'
En este post os traigo la peculiar historia del bikini, un extranjerismo más que normalizado a día de hoy entre nuestro vocabulario y una prenda imprescindible en la mayoría de los armarios de todas las mujeres en la época de verano. Primero, os contaré el origen de la palabra. Para ello debemos remontarnos a 1946, en plena Guerra Fría. El ejército estadounidense llevaba a cabo pruebas nucleares con bombas de hidrógeno en el atolón Bikini, uno de los 29 que componen las islas Marshall.
En una detonación mal calculada, todo el terreno quedó arrasado ante la potencia de una de las bombas, destruyendo así toda la vegetación y dejando la superficie completamente destruida y desnuda. Mientras tanto, en París, el diseñador Louis Réard empezaba a popularizar una nueva prenda de baño para mujeres que rompía con todo lo visto hasta ese momento: consistía en un conjunto de dos simples piezas, al que decidió llamar bikini en honor a la desnudez del atolón.
De hecho, su primer eslogan fue: "El bikini: una bomba atómica". En un primer momento, ninguna modelo estaba dispuesta a lucirlo ante el cambio drástico que suponía y el poco cuerpo que cubría. Finalmente, fue la modelo Micheline Bernardini, bailarina exótica del Casino de París, quien se atrevió con el conjunto. Réard lo decoró con un estampado similar a las páginas de los periódicos debido a ‘los ríos de tinta que se escribirían sobre ello’.
El bikini empezó a utilizarse desde su primera aparición, aunque no se normalizó hasta los años 60. Gracias a actrices, modelos, cantantes e incluso a los medios de comunicación, el uso del bikini se popularizó, superando los principios morales de la sociedad de la época. Bien es cierto también, que existían precedentes al bikini. Desde mediados de los años 20, tanto en América del Norte como en Europa, era común ver en las mujeres bañadores de dos piezas.
Su gran diferencia consistía en que estos ocultaban el cuerpo y la figura femenina con adornos como los volantes. De ahí que el actual modelo provocara tanta polémica y rechazo. También hay indicios de que en la cultura romana existía una prenda similar. Las prendas no dejan de evolucionar, al igual que la sociedad, ¿y quién sabe cual será el siguiente cambio que nos deparará el futuro?, ¿serán botas con propulsores de aire incluídos? Tendremos que esperar para verlo.
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Muy interesante, nunca te acostarás sin saber una cosa más
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